Retención urinaria – Introducción

Residual posterior al vacío

Existe una falta de orientación estandarizada sobre el volumen de orina retenido en la vejiga que constituye la retención urinaria. Sin embargo, un documento técnico de la Asociación Americana de Urología (AUA, por sus siglas en inglés) titulado Retención urinaria crónica no neurogénica: definición de consenso, estrategias de manejo y oportunidades futuras establece que una definición razonable de retención urinaria crónica no neurogénica (CUR, por sus siglas en inglés) es un volumen de vejiga > 300 ml documentado dos veces en un período de 6 meses. Además, clasifica la retención urinaria en de alto riesgo y bajo riesgo , además de sintomática y asintomática.

Ejemplos de retención urinaria asintomática o de bajo riesgo pueden ser el vaciado incompleto de la vejiga que no pone al paciente en ningún riesgo adicional significativo para la salud. En este caso, no habría evidencia de hidronefrosis y la función renal estaría bien preservada.

Como las palabras lo indican, un paciente con retención urinaria de alto riesgo tiene un vaciado incompleto de la vejiga que podría, si no se trata, causar daño al paciente.

Por ejemplo, la retención urinaria que provoca hidronefrosis o acumulación de líquido en los riñones, lo que resulta en una función renal menos que óptima, se considera de alto riesgo.

Un paciente con retención urinaria de alto riesgo puede presentar lo siguiente:

• Síntomas agudos o crónicos de dolor en la parte inferior del abdomen
• Creatinina sérica o TFG elevada
• Infecciones recurrentes del tracto urinario
• Incontinencia urinaria con o sin ruptura de la piel

Las opciones de tratamiento para la retención urinaria de alto riesgo pueden incluir:

• La descompresión de la vejiga, mediante la inserción de un catéter de Foley o un cateterismo intermitente, es imprescindible para reducir el estrés en los riñones

• Intervención quirúrgica