¿Esfacelo o biofilm?
septiembre 10, 2019
La presencia de biofilm en las heridas retrasa el proceso de cicatrización al interferir con el tejido de granulación, el tejido de epitelización y las defensas del huésped. Un reciente meta-análisis cifra su prevalencia en heridas crónicas en un 78,2%. Y sabemos que es un factor de riesgo clave en la infección de la herida.
En el contexto de la cura de heridas, podemos definir al biofilm como comunidades de microorganismos adheridas a una superficie, embebidas en una matriz polimérica extra-celular (EPS por sus siglas en inglés) producida por ellos, que dificulta la acción a agentes antimicrobianos (antibióticos y antisépticos) y las defensas del huésped, y puede resultar en una inflamación persistente e infección. Sabemos que la sustancia EPS está formada predominantemente por polisacáridos (azúcares), y en su composición también encontramos: proteínas, lípidos y ADN.
Pero, ¿Cómo podemos saber si estamos ante una herida con esfacelo o biofilm?
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El biofilm, si es visible, lo veremos como una sustancia translúcida y viscosa, parecida a un gel en la superficie de la herida. Aunque a veces la podemos ver con un tono más amarillento (cuando haya presencia de Staphylococcus Aureus que segrega stafiloxantina) o verdoso (cuando el biofilm contenga Pseudomonas Aeruginosa que produce piocianina), complicándonos su identificación al hacerlo más parecida al tejido esfacelar.
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Veremos que el biofilm es tolerante a la mayoría de intervenciones que podamos hacer, y veremos que se reforma rápidamente tras el desbridamiento; mientras que el esfacelo tarda más tiempo en aparecer. Esto es así, porque tras el desbridamiento las bacterias que permanecen en la herida se reestablecen rápidamente, para tratar de evadir las respuestas del huésped y las terapias antimicrobianas. Pensemos que el biofilm es un tejido vivo, mientras que el esfacelo es un tejido desvitalizado.
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El biofilm en la superficie puede ser relativamente fácil de retirar de forma atraumática por ejemplo con cureta, mientras que el esfacelo será mucho más difícil de retirar (pensemos que el esfacelo forma parte del propio cuerpo del paciente, mientras que el biofilm es algo externo a él). Pero cuidado, los desbridantes enzimáticos (sustancias proteolíticas) o autolíticos funcionarán mejor ante el tejido proteínico desvitalizado del esfacelo, que ante la EPS formada principalmente de polisacáridos.
Debemos añadir que el tejido esfacelado o la fibrina son el sustrato ideal para que crezca el biofilm; con lo que nos podemos encontrar con ambos tejidos combinados. Por lo que deberemos estar atentos a todos los signos para poder abordar la herida de forma óptima.
Escrito por Silvia Núñez, enfermera, AWC Field Manager en Convatec
Referencias:
[1] Malone et al. The prevalence of biofilms in chronic wounds: a systematic review and meta-analysis of published data. J Wound Care 2017; 26: 20-25.
[2] Metcalf et al. A clinical algorithm for wound biofilm identification.J Wound Care 2014; 23: 137-142.
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